Escrito por: Javier Navas Olóriz- Director General de IGREA
Desde hace ya muchos años, cuando comencé en esta aventura profesional, intuí que el crecimiento profesional equilibrado, estaba muy ligado a la preparación académica, a la propia personalidad y a las actitudes que uno mismo maneja frente al Mercado, dentro de su Empresa y con los colegas.
Esta profesión, a la que muy pocos españoles conocen en sus justos términos, representa una gran oportunidad para desarrollarte y disfrutar de un trabajo que es multidisciplinar y “plástico”, en el sentido de que lo puedes modelar en función de tus necesidades, y a la vez, permite moverte en un ambiente muy profesional y divertido. Los seguros tienen “mala” imagen, seguramente es una imagen inducida de carácter histórico, pero nada más lejos de la realidad, aunque hay que decir que sólo conocen bien los seguros los que manejan bien sus aspectos técnicos y estadísticos, el Derecho en un sentido genérico y muchas variables financieras y contables imprescindibles. Esta reflexión lleva a preguntarme: ¿Cuántas profesiones alcanzan este grado exigible de conocimientos?, la contestación es fácil y sencilla, “Muy pocas”.
A partir de eso, podemos preguntarnos: ¿Hasta dónde podemos mejorar nuestra lógica aspiración de crecer profesionalmente?, y me vuelvo a contestar, pero esta vez con un matiz importante: “Si el mundo cambia radicalmente en cuestión de meses, ¿Nosotros estamos en esa realidad, o sólo nos dejamos arrastrar por la inercia?” Y ese es precisamente el punto clave de la cuestión, los que solamente se dejen arrastrar por los acontecimientos, simplemente serán desbordados incluso de sus puestos de responsabilidad, por el contario los que den pasos adelante y se sitúan en un futuro percibido por muchos, progresarán sin duda.
¿Y cuál es ese futuro que se anuncia? Pues simplemente será el de la “complejidad” de los conceptos, el de las decisiones “arriesgadas”, el de la innovación “constante”, el de los equipos “empáticos y alineados”.
Habrá por tanto, que exigir al Mercado soluciones innovadoras, captando y atrapando los procesos de valor, apostando por lo estratégico sin abandonar lo táctico, en una palabra habrá que convertirse en un experto en áreas hasta ahora menos conocidas para nosotros, como pueden ser, las responsabilidades de cara a la competencia y el mercado, los ciber-riesgos, la regulación de actividades vitales como las finanzas, la exigencia de responsabilidades nuevas a las empresas, la protección aunque sea parcial de nuestros balances, las cada vez más exigentes demandas de los consumidores, y todo esto ligado a nuestra obligación como controladores de riesgos, de buscar e implementar nuevas formas eficientes de apoyo a la financiación de los mismos.
Para terminar, diría que el camino está trazado y como la profesión de Gerente de Riesgos es un regalo, aunar esas dos realidades será nuestro trabajo y nuestro éxito.