Escrito por: Javier Navas Olóriz- Director General de IGREA
Desde tiempos remotos, profesionales de diferentes disciplinas y oficios, buscaron el apoyo de sus colegas por diferentes razones. Los seres humanos nos caracterizamos, entre otras cosas, por nuestra tendencia acusada hacia la interrelación con nuestros semejantes, ya que sin duda somos seres sociales.
De la propia “asociación” de intereses, nacen algunas ideas nuevas y otras simplemente se llevan a cabo desarrollando modelos predeterminados. La modernidad de las estructuras humanas de nuestro tiempo, se deben desarrollar en base a principios básicos cómo pueden ser: la flexibilidad, la autonomía, el conocimiento y por supuesto la eficiencia.
Como grupo profesional asociado bajo el paraguas de IGREA, sus miembros, hemos luchado por lograr esas virtudes desde nuestros inicios y aún forman parte de nuestro acervo, hasta tal punto, que sin ellas nos quedaríamos huérfanos de horizontes.
La modernidad, se puede interpretar de múltiples maneras, pero una buena forma de hacerlo es asumir como válidas determinadas virtudes que contengan sustancia y demuestren su valor al grupo y a la Sociedad.
Como todos sabemos, la flexibilidad es sinónimo de inteligencia y habilidad. La autonomía es igual a la independencia, pero siempre referida al criterio y las propuestas que se hagan para ser escuchados, el conocimiento es la base de todo, ya que, sin él, lo demás es baldío y superficial. Por último, la eficiencia, que significa capacidad para realizar adecuadamente las tareas encomendadas.
Creemos que el camino es largo y muchas veces difícil por las diferentes circunstancias, pero nuestro objetivo está alineado con ese camino en el que todos los profesionales de la Gerencia de Riesgos nos encontramos. Es, por tanto, un camino irrenunciable pero lleno de matices, que con el tiempo se deberán aclarar para adaptarnos a un entorno dinámico y cargado de incertidumbre.